Proselitismo matutino.

De vez en cuando voy a correr. Hay semanas que si estoy fuerte y si tengo tiempo salgo 3 días, por la mañanita, a eso de las 8 , y durante unos 30 minutillos más o menos. Las semanas que tengo menos ganas o buenas excusas para pensar que no tengo tiempo, que son la mayoría, salgo sólo 1 o 2 veces. Cuando realmente estoy muy ocupado o hace mal tiempo directamente no salgo. Así está la cosa y mi forma física bascula entre lo aceptable y lo poco recomendable según  la semana en que esté, pero en realidad ése es otro tema que obviaré por el momento. 

Lo que me ha sorprendido en los últimos días, a tan tempranas horas, ha sido encontrar por el paseo marítimo, sin un alma por cierto, a las típicas chicas Testigos de Jehová, carpeta en mano y larga falda rodilla abajo, en teoría, predicando. Y no ha sido una sola vez. 

Lo cierto es que de toda la vida han existido tales elementos pululando por las calles, tengo el recuerdo de verlas desde pequeñito, sobre todo los viernes, y si se tenía mala suerte picaban en casa y ofrecían la revistita de rigor, te soltaban toda la parafernalia sobre la bondad del ser humano, las desgracias del mundo, o la fe en Fulanito. 

Pero lo llamativo es que en los últimos tiempos hay muchas más chicas de estas. Muy jóvenes por cierto, con una más que dudosa afiliación personal y voluntaria a tal sociedad, y paseando, como perdidas y sin saber realmente qué hacer, novatillas, a horas en las que ni las calles están puestas. Pero, ¿a quién pretenden convencer a tales horas?¿Realmente piensan que pueden encontrar a alguien para lanzársele al cuello? Más bien da la sensación que huyen o se esconden, cual pareja policial que pasea por calles secundarias mientras en otras más concurridas no dejan de pelearse los kinkis de turno. 

Siempre se ha dicho, y hay tópicos erróneos que no dejamos de usar constantemente, que es una secta que recapta a incautos sobre todo por su ofrecimiento de ayuda económica, te ayudan y luego no puedes dejarlos o por lo menos es difícil. 

Si la razón es ésa realmente, es comprensible que ahora, en tiempos de crisis, haya personas que no se lo piensen demasiado y se pongan el hábito, que destroza o más bien esconde la figura de mucha de estas bellas damiselas y de otras no tan bellas, todo sea dicho, sin ningún tipo de problema o remordimiento, como si de un trabajo más se tratase. Habrá que pasarles un currículum, quién sabe, quizá demos el perfil.