martes, 23 de diciembre de 2008
Medidas anticrisis.
Es normal que para superar la crisis se tengan que tomar posturas diferentes que nos permitan ahorrar gastos en nuestra vida diaria, tales como salir menos de cena y de copas, comer en casa la mama, y darse menos lujos en la compra de ropa y demás. Pero la mejor medida anticrisis que he visto en los últimos tiempos, referida al ámbito de la restauración, la he podido apreciar esta noche en un restaurante árabe de París, y la verdad es que he flipado bastante.
En un pequeño local donde se anunciaba un buen cous-cous y que no estaba vacío, un señor solamente hacía a la vez el trabajo de caja y barra (bienvenida, despedida, cobros y cafés) el de camarero (pedidos y demás) y el de cocinero (todo lo que es el tratamiento de los alimentos), y además, de forma eficiente aunque un pelín ahogado sí que iba y con una calidad gastronómica más que aceptable en su relación con el precio.
La cultura del esfuerzo, señores. Si no hay clientes, reducimos personal y yo sólo como Juan Palomo, me lo guiso, me lo sirvo, y me lo cobro. Sí señor, éso de la crisis es para quién no está dispuesto a mojarse un poco el culo pensará el susodicho personaje. Por cierto, la comida increíble. Chapó por estos barrios.
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