Es curiosa la vida de profesor. Uno tiene a sus alumnos y los ve sólo como chavales que llegan a clase porque no tienen más remedio aunque obviamente tienen sus vidas, sus gustos y aficiones, y sus rutinas diarias. A medida que avanza el curso se les va conociendo y poco a poco explican qué es lo que hace cada uno de ellos fuera de las aulas: que si juega al fútbol, que si baila, que si es poeta, que si su padre es el capo máximo de tal empresa, etc. Cosas que normalmente no pasan de ahí y a las que tampoco se le suele hacer demasiado caso.
El otro día me sorprendí cuando me pasaron un vídeo de un grupo musical en el que uno de los cantantes era un ex alumno con el que tuve varias polémicas y discusiones en clase, de buen rollo, sobre el Tercer Mundo y la pobreza ya que él es guineano y no quería reconocer ciertas cosas obvias que allí suceden. En el vídeo se destapa y de lo tímido que era en clase se convierte en un rapero-hip hoppero con todas las letras, chuleo total, y niñas descomunales incluidas. Vamos como si fuera una super estrella. No es que el estilo sobrao me motive demasiado pero hace gracia ver a alguien que has tenido en clase por estos mundos de internet cantando y haciendo algo de provecho. Por cierto es el de la gorra blanca el protagonista en cuestión.
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