domingo, 21 de diciembre de 2008
Con la taja en el aire.
Increíble lo que vi el domingo a las 5 de la mañana en el aeropuerto de El Prat mientras esperaba a embarcar en un avión.
Coincidimos todos que es una gran putada tener que pillar un avión bien temprano con todo lo que conlleva: madrugar para ir en coche al aeropuerto, buscar a alguien que te lleve, esperar allí dos horas, y finalmente volar el tiempo que toque. Lo mejor, es que cuando llegas al destino tienes desde bien temprano mucho tiempo para aprovechar el día, aunque se esté cansado y medio zombie. La opción más adecuada es dormir un poco antes de salir de casa, aunque sólo sean 2 o 3 horitas y después se te ponga un cuerpo que pa qué. Hay personas que prefieren no dormir, empalmar, y aguantar como sea.
Supongo que éso es lo que pensó el amigo de esta pequeña crónica cuando tenía que volver a casa y pillar el mismo avión que yo, - No duermo, me voy de fiesta, y sobo durante el vuelo -. Lo que pasa es que se le fue la mano en la fiesta, y las copitas se transformaron en una gran castaña. Tanta que el colega no se aguantaba en pie, pegaba un pestazo de miedo, y además se vomitaba encima y ni se empanaba. Lamentable el espectáculo. Lógicamente la peña se quejó y no lo dejaron subir al avión, pero mi pregunta es, cómo pudo pasar el control de seguridad? cuando por cualquier chorrada te hacen quitar los zapatos y el cinturón? Hay cosas que todavía hoy en día son imposibles de comprender además de los agujeros negros.
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