Cuando aparecieron en la red, hace ya un par de añitos, eran cuatro niños que no medían más de metro y medio y el mayor casi ni tenía granos en la cara. Cuatro pibes aficionados a la música metal, habría qué ver que nanas les cantaron sus padres, que tocaban como los ángeles, fijáos en el solo de guitarrita, aunque sólo fueran niños de juguetes todavía - ojo al micro Pokémon y a la niña del Exorcista poseída -. Pronto empezaron a ser conocidos y a hacer bolos por todos lados. Hoy me acordé de ellos mientras escuchaba una de Maiden. ¡Qué buenos!
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