Aprendiendo enseñando.

Parece mentira lo que uno cree saber cuando acaba sus estudios, cuando se tiene el título de licenciado en la mano, y sobre todo cuando se empieza a dar clases como profesor. Nada más lejos de la realidad, todo lo contrario, bienvenidos al mundo real, wake up my friend, o simplemente, chaval, reconoce que sabes más que cuando dejaste el instituto pero bastante menos de lo que deberías. Culpa tuya, de tus profes, o del sistema, lo mismo da, la cuestión es que cuando te enfrentas a una clase y a la explicación de algo que no dominas es cuando te das cuenta de lo pez que estás en gran parte de los temas que tienes que explicar.

Desde que empecé a dar clases hace ya casi casi 3 años, hay que ver cómo pasa el tiempo por cierto, he dicho y me reafirmo constantemente en ello mientras hablo del tema con colegas docentes, que he aprendido prácticamente más preparando las oposiciones, preparando clases y luchando en el aula, que en la misma facultad. A medida que realizo mi actividad docente me doy cuenta que tengo que aprender muchísimo para poder explicar los temas de forma adaptada y comprensible, y para ello antes debo conocerlos yo, introducirlos en mi mente, procesarlos, y reformularlos a modo de cuento o historieta. ese proceso me forma a mí para a la vez yo poder formar a los chavales. A veces pienso que simplifico demasiado y caigo en el simplismo, razón por la que cualquier experto no dudaría ni un segundo en crucificarme públicamente. A ese experto le diría yo también, modestia aparte, que intente explicar a estudiantes que no tienen el Graduado en la ESO en menos de 3 meses, con dos clases semanales, toda la historia contemporánea. A ver cómo se las arreglaba el gachón. 

A veces igualmente pienso que mis clases son una especie de monólogo a lo Club de la Comedia en el que entre broma y broma, explico algo, poco en realidad, pero con consistencia. Técnicas, metodología, trucos personales, llamémoslo como queramos, que en el día a día me funcionan para que los alumnos pillen las ideas básicas de lo que quiero explicar, que sepan qué es lo que pasa aquí y allá, aunque olviden fechas y nombres. Éso en realidad siempre estará en los libros, para ellos y para mí, que también lo olvido. De momento funciona, aprenden, igual que yo de ellos partiendo de las aparentes chorradas que preguntan, y sobre todo se divierten y entusiasman...¡¡ y en una clase de historia!!!... cosa increíble, y por lo que veo y comento con otros profes de mi quinta, algunos proceden casi de la misma forma. Sentido común será aunque sabemos que es el menos común y así va la educación también.