La originalidad es el punto fuerte de este film que ha recibido 10 nominaciones a los Óscars. Es una producción, aunque no lo parezca a primera vista, occidental, británica concretamente, al mando de la cual está el director David Boyle. Lo que sucede es que es una historia basada en un libro de un indio cuya posible trasposición cinematográfica bollywoodiense ha sido realizada a través del británico, pero eso sí, utilizando como actores y demás currantes peliculeros a personal indio, incluso algunos de ellos, noveles y totalmente desconocidos.
La peli la vi en Suecia y aunque pensaba que era la típica de baile, canto, y larga como un día sin pan, me sorprendió y mucho. Por su originalidad, en el guión y en la manera de explicar la historia, por las imágenes de la India que todos conocemos y que no quieren mostrar, les ha dolido bastante a muchos indios que una peli que muestra todas sus inmundicias vaya como favorita a un buen montón de Óscars, y por la frescura de unos actores que pocos de ellos, hasta el momento, se dedicaban a la interpretación. Realmente vale la pena verla, combina historia al mismo tiempo que imágenes de la India más tradicional y la más moderna, y, por supuesto, vale la pena también esperar a los créditos para ver cómo bailan los protas, ya que no podía faltar, al menos, un poco de meneo.
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