Lo merece.

De vez en cuando es bueno y necesario realizar algún que otro pequeño acto de agradecimiento, de homenaje, hacia las personas que lo merecen o que, mejor dicho y hablando con corrección, creemos que lo merecen, sin que con ello, con el hecho sólo de creerlo, se les quiera cuestionar esos méritos.

No es la primera vez que en el "No me preguntes por qué" se realiza una de estas loables acciones, pues ya tuvo su rinconcito en él Salvatore el Zangurrián y sus Kill me later, o el pequeño Panchín (apodo sueco de Moncho) que si bien es cierto que no se le hizo referencia directa en ningún post, sí es cierto de igual manera que aparece en algunas fotos  e incluso tuvo el privilegio de escribir en él con su propia pluma y tinta, podría decirse si no fuera algo poco certero e incluso anacrónico, pues las tintas ya son de otras épocas al igual que habituales eran en esos mismos días las durezas de alguna falange cardiáca, ya fuera de la diestra o la siniestra, según el escritor.

Desde este blog y concretamente con este post de hoy quiero ofrecer el agradecimiento que introducía más arriba, y dedicarlo así a una de las personas que desde un buen principio y de manera constante e ininterrumpida han ido siguiendo todas las entradas de este espacio y de los que antes realicé, y además ha ido comentando con un toque de humor, muy propio y característico, aquellos temas que le han interesado. 

Hoy es el día de Marco Amoretto, Carlo Testa di Cane, o Domenico da Comunale, todos ellos fieles seguidores del blog desde las conexiones a la red italianas, ya sea desde Siena, Parma, o Peruggia, y todos ellos, en definitiva, personajes que se escinden y separan de la piel de una sóla persona, Gabrielle, uno de los buenos, entre los pocos, amigos que tengo y el mejor compañero que encontré en la Universidad, además de ser un magnífico galán y todo un señor que jamás pierde la compostura.

Pero no todo en esta vida son flores y no por ser un bonito homenaje a su fidelidad y a su buen vestir va a poder librarse, si es lo que hasta ahora habéis creído, de que el manto del humor caiga y lo cubra, a través del tecleado de mis dedos, sobre su persona. Como lo prometido es deuda, y el susodicho protagonista de esta historia al corriente estaba, le tengo prepradito un parecido razonable a tres bandas a lo Arús, a ver qué os parece.

Hugh Grant + Ray Romano + el dueño de Garfield= Gabrielle.