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Este blog pretende ser solamente un espacio donde poder contar cosas, un muro donde escribir ideas, un tablón donde colgar pensamientos. Cosas, ideas, y pensamientos de todo tipo, cosas, ideas, y pensamientos que me interesen y me llamen la atención, y hacerlo por supuesto a mi manera. Es posible que lo que se escriba no tenga mucho sentido e incluso en numerosas ocasiones sea estúpido, y no importa, cada cual es libre de leer o dejar de hacerlo si cree que no vale la pena. Es más, es ésa la verdadera intención. Más que contar el día a día de mi vida lo que quiero hacer es contar el día a día de mis inquietudes, contar todo aquello que antes hacía saber a mis amigos cuando nos veíamos y luego se convertía en tema de conversación y discusión, en debates apasionados. Ahora que no nos encontramos tan a menudo y no tenemos tales oportunidades, la opción de la Red y los blogs puede ayudar a que sigan existiendo tales. Espero que así sea.

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SI ENTRAS Y NO COMENTAS ES COMO SI NO ENTRARAS.
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martes, 21 de diciembre de 2010

Alá no come jamón.

Una de las grandezas que posee el estado de derecho en el que vivimos es que todo aquél que quiera puede manifestar su opinión y su punto de vista libremente, sin tapujos, siempre y cuando  no se ofenda al prójimo, que no siempre se respeta y para muestra el Tomate, o no se utilice la palabra para hacer apología de ciertas ideologías malas malosas, por ejemplo.
Es lo bueno que tiene vivir en un estado democrático en el que el derecho a la libertad, de todo tipo  valga decir, constituye la piedra angular de toda la sociedad. Entre otras cosas por eso mismo nuestro mundo es envidiado y  anhelado. La cuestión es que por momentos uno tiene la sensación que existe un abuso exagerado de este derecho por parte de algunos y a estos mismos se les olvida que los derechos en nuestra gran Carta Magna, la Consti, que ya tiene sus 30 taquitos, no van solos, sino que vienen acompañados de unas obligaciones que debieran cumplirse para disfrutar de los otros. Pero claro, eso de estar obligado a ciertas cosas no mola tanto como disfrutar de las modernas prevendas democráticas. Pero se les olvida que no es una opción y ahí reside parte de la problemática.
La polémica ha saltado en un instituto andaluz, cuando un profesor de geografía, con el que me identifico no sólo por pertenecer al mismo ámbito laboral sino también a la misma especialidad educativa, ha sido denunciado por una madre de un alumno musulmán por discriminar a su hijo en clase. Al parecer, el buen hombre, mientras hablaba de una zona geográfica concreta comentó su clima peculiar, seco y cálido, e hizo finalmente alusión al jamón de altísima calidad que se produce en esa zona como una simple anécdota. Yo mismo, en clase, suelo hacer tales referencias anecdóticas para reforzar los conocimientos del tema en cuestión y como parte de una culturilla general que nunca va mal tener, ni que sea para jugar al Trivial. Sin más pretensión que esa, sin más apología a la extremidad porcina en salazón en estas fechas tan apropiadas para ello, el pobre hombre vio respondida su aportación gastronómica con una queja informal por parte del alumno en estas maneras : - "señor profesor, por favor, no hable del jamón, que es un animal prohibido en mi religión" - a lo que el profesor respondió algo así : " pues chavalote, es lo que hay, estás en España, si no te gusta ya sabes lo que toca" - quizá no con las palabras más afortunadas, está bien aclararlo, pero sí con las razones más sólidas, por lo menos a mi parecer. La sorpresa le sobrevino al profesor cuando  la familia del niño decidió denunciarlo por excederse en sus comentarios y discriminar al niño. 
Increíble pero cierto. Al parecer a partir de ahora nombrar palabras como jamón, chorizo, panceta, cerdo, gorrino o marrano delante de algún alumno musulmán puede llegar a convertirse en algo susceptible de ser denunciado, en algo censurable. Por ello mismo pido disculpas de forma anticipada por si casualmente alguno de ellos es un asiduo lector de este blog y siente atacada su integridad musulmana. Me parece que la reacción de la familia es extremada, exageradísima, un rizar el rizo sin mucho sentido, el dar la  vuelta a los derechos que todos tenemos y convertirlos en la base de un victimismo atroz. Parece ser que a partir de ahora los profesores van a tener que hablar con extrema cautela para no herir sensibilidades, van a tener que morderse la lengua cada vez que hablen y expliquen, sea lo que sea, na vaya a ser que coincida que en clase haya fervientes cristianos que se molesten si se dice que en nombre de Dios se llevaron a cabo cruentas Cruzadas o quealgún que otro judío descarriado ande por ahí y se ofenda si se critica el genocidio que se está llevando a cabo en Palestina.
Creo que la principal obligación de cualquier inmigrante, sea de donde sea y vaya a donde vaya, es, esté escrita o no en la Constitución, adpatarse al lugar que lo acoge. Ello no quiera decir que cambie sus hábitos de vida, sus costumbres, su religión, o su equipo de fútbol, por supuesto que nadie los obliga, pero en ciertos aspectos, en el de la convivencia sobre todo, deberían amoldar, aunque fuera mínimamente, ciertos aspectos. Pienso que no es correcto llegar a un país lleno de derechos y utilizarlos como escudo para protegerse de algo que no ven bien o les parece incorrecto. Si se pusieran cabezones podrían incluso denunciar que se publicite el vino de Rioja o de Ribera del Duero, por ejemplo, unos de las mayores riquezas de nuestro país equiparándose con el buen pernil, por ser bebidas alcohólicas y prohibidas por supuesto en el libro sagrado, o podrían incluso querellarse para prohibir el libertinaje, diriían algunos, que existe en las playas del territorio, otro de los bienes y fuentes económicas esenciales del PIB nacional, por el simple hecho que algunas señoras vayan destapadas y puedan ser admiradas por los ojos de todos, musulmanes inclusive.
Se ha llegado a un punto en el que es posible reclamar y quejarse por todo olvidándose por completo de todo aquello que uno debe estar obligado a cometer por el simple hecho de estar aquí,  sea uno español o sea de fuera. Cosas tan básicas como respetar y no discriminar a las mujeres y sus decisiones, creer en la democracia del estado y  la sociedad, olvidarse de la imposición de todo tipo, soportar la libertad de los otros a ser y pensar como quieren, etc...son obligaciones sin las cuales no deberíamos tener derecho a los derechos. El jamón, el vino, las playas, son elementos intrínsecos de la nación, le pese a quien le pese, y por ello deben respetarse como parte de la cultura hispana.
Para acabar, simplemente evocar un recuerdo acaecido hace un par de Navidades, que ahora lo hago con una sonrisa en la cara pero en el momento de lo sucedido jodió bastante. Escena: mis padres compran con toda la ilusión del mundo un jamoncito para las Fiestas, regalo de la abuela que se ha convertido ya en toda una tradición familiar. Lo guardan en el coche mientras compran otras cosas. Unos marroquíes les hacen tapón en la caja, entreteniendo la cola. Algo raro pasa. Ven en su manera de actuar que algo traman. Pagan y salen a toda prisa. Al llegar mis padres al coche se lo encuentran abierto. La compra ha volado. El jamón también, por supuesto. Eso sí, seguro que sólo lo colgaron para olerlo, lo de probarlo ni pensarlo.

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