Hace ya algún tiempo, un par de meses o cosa así, fui al cine entusiasmado a ver una peli, ambientada en la Guerra Civil, que parecía prometer bastante, por lo menos sobre papel. La peli en cuestión, Los girasoles ciegos, de José Luís Cuerda, uno de los directores españoles más prolíferos de los últimos años y que toca casi siempre, de una manera u otra, el tema histórico, ha sido además seleccionada como el film español que luchará por un Oscar en la categoría de mejor película extranjera.
Seguro que de entre las muchas y famosas leyes de Murphy existe una que dice, y si no lo digo yo directamente, que cuando las espectativas sobre algo son demasiado grandes, casi siempre, como norma general, suelen no cumplirse. Es decir, cuando te esperas algo bueno, y sobre todo cuando lo esperas mucho tiempo, es muy probable que te defraude. Suele pasar bastante. Recordemos sólo y a modo de ejemplo los esperadísimos derbys Barça-Madrid que acaban siendo fiascos totales normalmente y aburridos. Con las películas puede pasar, y de hecho pasa, igual.
En este caso ha sucedido lo mismo, pues fui con muchas ganas a ver la peli y salí totalmente decepcionado. Me parece una peli con un contenido y un argumento muy flojito: Acaba la guerra e inmediatamente se inicia la dictadura y la persecución contra la oposición y los republicanos que se esconden. Estamos en un pueblecito pequeño de Galicia si mal no recuerdo. Javier Cámara, con un papel presencial y vacuo, es uno de ésos antifranquistas que se esconde en casa como una rata huyendo de la represión. Maribel Verdú, su mujer de bandera que no le pega ni con cola de la buena, lo protege, lo oculta, e intenta no llamar la atención en el pueblo. Lo que pasa es que al estar tan buena y tan magra, ¡¡¡Ay Omá que rica!!!, atrae las miradas de todos y sobre todo la de un cura joven que ha llegado nuevo al pueblo y tiene las hormonas, las feromonas, y todas las -monas sexuales que existan, por las nubes. Ahí empieza el problema ya que despierta el interés del casto servidor de Dios, que encarna uno de los actores promesa y de moda del cine español, Raúl Arévalo (el que sale en Azul oscuro casi negro, muy buena por cierto), que realiza una buena actuación aunque poco creíble según mi parecer (y no por él sino por el guión). La relación se estrechará y el cura empezará a presionar a la Verdú pa que le enseñe pechuga, que ya es raro que la tía no enseñe nada en una peli, hasta que finalmente descubre el pastel, o mejor dicho el pastelón si nos referimos a Cámara. Como el religioso ha luchado como militar en el bando fascista sólo unos meses antes, que casualidad, lo delata y ante ello, Cámara, se suicida. Punto final.
Aparentemente podría ser una buena película, pues se conjugan buenos actores, un tema interesante, y un director con tablas, pero a mí verdaderamente me pareció un film regular tirando a malo. Una peli lenta y sin ritmo, aburrida, no dejaba de mirar el reloj y éso es sintomático, con poca consistencia en el guión, y con unas actuaciones poco creíbles. Además es clara la reiteración de temas y tópicos dentro de la filmografía de Cuerda. Parece que la gente cree que todo lo que se haga relacionado con la Guerra Civil, que está de moda, tiene que triunfar y ser bueno, sólo por eso, y ahí es donde se equivocan. Está bien, hizo una película genial sobre la época, La lengua de las mariposas, que no fue a los Oscar por cierto. Lo aceptamos, le fue bien una vez y se lo agradecemos, pero ahora bien, que intente triunfar nuevamente repitiendo simplemente la receta mágica, ojos de rana y cola de salamandra, con la única intención de llevarse un buen premio en Hollywood me parece, lícito por un lado, que cada cual haga lo que crea que es mejor, pero inaceptable para los que hemos visto películas suyas, buenas y sinceras. En esta nueva aventura, no sólo repite el tema y la fórmula de juntar actores jóvenes y desconocidos con actores bien curtidos, sino que incluso se atreve a repetir ideas o incluso frases enteras de otras pelis suyas. Ahí es cuando yo ya me cabreé.
Por favor lo del gato por liebre es muy viejo, se ve a kilómetros, que se la den a a otro, ¿vale?, que la Academia se hinche la boca con su representante de lujo, pero que sepamos que es una gran farsa de película. Juanan dicit.
